7 consejos para dejar de gritarle a tus hijos

7 consejos para dejar de gritarle a tus hijos

Si eres padre, entonces sabes que hay momentos en los que simplemente no puedes evitar levantar la voz. Es normal sentirnos frustrados o incluso enojados con nuestros hijos, pero gritar nunca es la respuesta. No solo es ineficaz, sino que también puede dañar la relación con nuestros hijos.

Entonces, seguramente te estás preguntando ¿qué puedo hacer en su lugar? En este artículo queremos enseñarte 7 consejos para ayudarte a dejar de gritarle a tus hijos. Desde dar un paso atrás hasta aprender cómo comunicarte mejor con tus hijos, estos consejos seguramente te ayudarán en tu viaje como padre. A mi me han funcionado con mis hijos, espero que a ti también te funcione.

1. Entiende por qué estás gritando

Es importante entender por qué estás gritando antes de que puedas detenerte. A menudo, gritamos porque nos sentimos abrumados, estresados ​​o enojados. Tal vez estemos reaccionando a algo que hizo nuestro hijo, o tal vez solo tuvimos un mal día.

Cualquiera que sea la razón, es importante dar un paso atrás y evaluar la situación. ¿Por qué estoy gritando? ¿Qué puedo hacer para calmar la situación? ¿Hay una mejor manera de manejar esto?

Responder estas preguntas honestamente te ayudará a comenzar a abordar la raíz del problema y encontrar mejores formas de lidiar con situaciones difíciles.

2. Comienza con una advertencia

Si les ha estado gritando a tus hijos con más frecuencia de lo que le gustaría admitir, es hora de hacer un cambio. Gritar no soluciona ningún problema, pero puede empeorar la situación con tus hijos.

Estos son algunos consejos que te ayudarán a dejar de gritarle a tus hijos:

  1.  Comienza con una advertencia. Cuando se avecina una pelea entre hermanos y sientas que tu enojo está aumentando, toma una respiración profunda y advierte a tus hijos. De esta manera, tendrán la oportunidad de corregir su comportamiento antes de que la situación se intensifique aún más.
  1. Encuentra una forma alternativa de expresarte. Gritar proviene de un lugar de frustración. En vez de recurrir a los gritos, trata de expresarte de una manera diferente. Esto podría incluir alejarte por unos minutos para refrescarse o escribir en un diario para expresar tus pensamientos.
  1. Sea consciente de las palabras que usas. Las palabras que usas cuando estás enojado pueden ser hirientes y causar un daño duradero. Elige tus palabras con cuidado y evita usar blasfemias o amenazas. En su lugar, concéntrate en comunicar cómo te hace sentir su comportamiento.
  1. Evita el uso de castigos que impliquen gritos. Si te encuentras gritando constantemente como castigo, es hora de reevaluar tu estrategia de disciplina. Los gritos nunca deben usarse como disciplina; solo empeorará la situación y empeorará las cosas a largo plazo. Trata de usar el refuerzo positivo en su lugar, como elogiar a tu hijo cuando se porta bien o brindar incentivos por buen comportamiento.

3. Tómate un descanso

Es importante recordar que no eres un padre perfecto, y eso está bien. A veces es necesario que te tomes un descanso, y eso es perfectamente comprensible. Estos son algunos consejos sobre cómo tomar un descanso sin gritarle a tus hijos:

  1. Primero, reconoce cuándo comienzas a sentirte abrumado o frustrado. Si puedes contenerte antes de empezar a gritar, genial. Pero si ya te encuentras en medio de una pelea a gritos con tu hijo, está bien tomar un descanso.
  1. Toma algunas respiraciones profundas y trata de calmarte. Esto te ayudará a evitar decir cosas en el calor del momento de las que luego puedas arrepentirte.
  1. Una vez que te sientas más tranquilo, explícale a tu hijo por qué necesitas un descanso y por qué gritar no es una forma efectiva de comunicarse.
  1. Si es posible, tómate unos minutos para ti en otra habitación o afuera, lejos de tu hijo. Esto te dará algo de tiempo para calmarte y ordenar tus pensamientos.
  1. Cuando estés listo, regresa y habla con calma con tu hijo sobre lo que sucedió y por qué no estaba bien que se comportara de esa manera. Ayúdalos a comprender qué podrían hacer de manera diferente la próxima vez que se sientan enojados o molestos.

4. Pide disculpas

No es de extrañar que te encuentres gritando a tus hijos con más frecuencia, pero no te sientes bien haciéndolo y después viene el arrepentimiento, porque no pudiste tener el control de la situación, pero no te preocupes, es hora de hacer un cambio. El primer paso es disculparte. Hazle saber a tus hijos que lamentas haberlo gritado y que intentarás hacerlo mejor. Esto contribuirá en gran medida a reconstruir la confianza y restaurar la calma.

También es importante ser específico cuando te disculpes. No te limites a decir “lo siento”. Di algo como “Lamento haberte gritado cuando no limpiaste tu habitación”. Esto demuestra que entiendes lo que hiciste mal y que estás asumiendo la responsabilidad de tus acciones.

Finalmente, asegúrate de cumplir tu promesa de hacerlo mejor. Si continúas gritando, tu disculpa perderá su significado y no será eficaz para detener los gritos.

5. Conviértelo en el último recurso

Puede ser difícil mantener la calma cuando tus hijos se comportan mal, pero trata de evitar gritarles si es posible. Gritar solo genera más caos. Si te enfadas, respira hondo y trata de calmarte antes de hablar con tu hijo. Solo recurre a gritar como último recurso cuando todo lo demás haya fallado y estés al final de tu ingenio.

6. Cumple con las consecuencias

Cuando digas que vas a hacer algo, asegúrate de cumplirlo. Esto se aplica tanto a las consecuencias positivas como negativas que establezcas para tus hijos. Si saben que habrá una consecuencia por sus acciones, será menos probable que se porten mal.

Si no cumples una amenaza de castigo, tu hijo aprenderá que puede hacer lo que quiera sin consecuencias. Por otro lado, si siempre aplicas las consecuencias que has anunciado, tu hijo entenderá que tus palabras tienen peso y que deben ser tomadas en serio.

Es importante ser justo y consistente cuando se trata de establecer y hacer cumplir las consecuencias. Asegúrate de que todos en la familia estén en la misma página para que tu hijo sepa qué esperar.

7. Evita el castigo físico

Educar a los hijos de manera efectiva no incluye el castigo físico, ya que este puede ser contraproducente y causar daños como comportamiento agresivo, ansiedad y depresión. En cambio, es recomendable emplear técnicas de refuerzo positivo y redirección para disciplinar adecuadamente a los niños.

Conclusión

Esperamos que nuestros consejos te hayan ayudado a controlar tu temperamento y mantener la calma cuando eres padre. ¡Nos gustaría saber en los comentarios a continuación si tienes alguna otra sugerencia sobre cómo dejar de gritarle a tus hijos!

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