6 Consejos Para Recuperarte De Un Mal Dia De Crianza

6 Consejos Para Recuperarte De Un Mal Día De Crianza

¿Quién no ha tenido un mal día? y cuando somos padres es más común de lo que parece. Cuidar a nuestros hijos no es fácil. No hay duda de eso. Y algunos días son más difíciles que otros.

Ya sabes de lo que estoy hablando: los días en los que todo sale mal y sientes que eres un padre terrible. Esos días son difíciles, pero no tienen por qué definirte como padre.

En este artículo, exploraremos 6 consejos que te ayudarán a recuperarte de un mal día de crianza. Desde tomarte un descanso hasta poderte comunicar con tu sistema de apoyo, estos consejos te ayudarán a retomar el rumbo y sentirte bien con tu crianza nuevamente.

Qué es un mal día de crianza

Un día de crianza que no sale como esperábamos puede ser un verdadero desafío. A veces nuestros hijos están más demandantes, quizás no se sienten bien o simplemente están de mal humor.

Otras veces somos nosotros los que no estamos en nuestro mejor día, ya sea porque estamos cansados, estresados o preocupados por otras cosas.

En estos días, puede sentirse que nada funciona para calmar a nuestros hijos y que por más esfuerzos que hagamos, las cosas no mejoran.

Los niños pueden llorar más de lo habitual, ser más inquietos o simplemente no estar contentos sin razón aparente. Y es normal sentirse frustrado y un poco impotente al no poder aliviar su malestar.

Además, puede haber días en los que el cuidado de nuestros hijos nos abruma un poco, y las cosas simplemente no salen como esperábamos.

Quizás tengamos que lidiar con un pequeño accidente justo en el momento menos oportuno, o se nos olvida algo importante en el trabajo o la escuela.

Pero es importante recordar que tener un mal día de crianza no significa que no estamos haciendo un buen trabajo. Todos tenemos días difíciles, y eso incluye a los padres y cuidadores.

Lo importante es seguir adelante, recordando que mañana es un nuevo día y que estamos haciendo un trabajo muy valioso cuidando y criando a nuestros pequeños.

Consejos para recuperarte de un mal día de crianza

1. Reconoce tus sentimientos

Cuando tenemos un mal día con la crianza de nuestros hijos para poder recuperarnos lo primero que debemos entender es que los malos días les suceden a los buenos padres. Es importante que reconozcas tus sentimientos y debes permitirte procesarlos de manera saludable.

Reconocer que no eres el único que tiene días malos también puede ser útil. Está bien sentirte enojado, frustrado o incluso resentido cuando las cosas no salen como tú quieres con tus hijos. Puedes sentir que estás fallando como padre, pero es importante recordar que todos tenemos días malos.

Trata de tomarte un tiempo para ti después de un mal día como padre. Tal vez tómate un baño relajante, lee tu libro favorito o puedes salir a caminar. Cualquier cosa que te ayude a relajarte y rejuvenecer.

2. Habla con alguien que entienda

Los días malos como padre son inevitables. Habrá días en que tus hijos te lleven a la pared y tu sientas que estás fallando como padre. En esos días, es importante hablar con alguien que entienda por lo que estás pasando.

Un amigo o familiar que también sea padre puede ser una gran caja de resonancia para tus frustraciones. Pueden ofrecer empatía y consejos basados ​​en sus propias experiencias.

Hablar con alguien que no sea un padre también puede ser útil; pueden proporcionar una nueva perspectiva sobre tu situación.

Hagas lo que hagas, no reprimas tus sentimientos acerca de haber tenido un mal día como padre. Hablar con alguien sobre lo que está pasando puede ayudarte a sentirte mejor y volver a la normalidad.

3. Tomar un descanso

Es inevitable que los padres tengamos un mal día de crianza de vez en cuando. Tal vez tu hijo tuvo una crisis en público o perdiste los estribos con él. Cualquiera que sea la razón, es importante tomar un descanso después de un mal día de crianza.

Estos son algunos consejos para recuperarte de un mal día de crianza:

  • Tómate un tiempo para calmarte. Es importante que te tomes unos minutos (o incluso una hora) para calmarte antes de volver a tratar con tu hijo. Esto te ayudará a evitar decir o hacer algo de lo que puedas arrepentirte más adelante.
  • Habla con alguien que te entienda. Cómo te mencionamos antes es importante buscar a alguien que entienda la situación por lo que estás pasando, esto puede ser muy útil. Ya sea tu pareja, un amigo o un terapeuta. Pueden ofrecer apoyo y consejos sobre cómo lidiar con la situación.
  • Pídele disculpas a tu hijo si es necesario. Si perdiste los estribos o le dijiste algo hiriente a tu hijo, asume la responsabilidad de tus acciones y discúlpate con él. Hazle saber que lo sientes y que aún los amas sin importar lo que haya pasado.
  • Trata de no insistir en el pasado. Es importante aprender de los errores, pero también es muy importante no quedarnos todo el tiempo enfocados en lo que sucedió, hay que seguir adelante y buscar mejorar cada día.

4. Enfócate en lo positivo

Es fácil concentrarse en lo negativo cuando hemos tenido un mal día como padres. Sin embargo, es importante que te enfoques en lo positivo. Estos son algunos consejos:

  • Piensa en lo que salió bien durante el día, por pequeño que sea.
  • Habla con otros padres y compara notas; es posible que te des cuenta de que no eres el único que tiene un mal día.
  • Es importante identificar qué desencadenó el mal día y tratar de evitarlo en el futuro.
  • Recuerda que la crianza de los hijos es un maratón, no una carrera de velocidad: habrá días buenos y días malos, ¡pero al final estás haciendo un trabajo increíble!

5. Hacer un plan

En algún momento del trabajo que haces como padre sientes que pierdes la paciencia más a menudo de lo que te gustaría, o tuviste una discusión acalorada con tu pareja sobre los deberes de crianza. Cualquiera que sea la razón, todos tenemos malos días en lo que respecta a la crianza de los hijos.

Si te encuentras teniendo un mal día como padre, ¡no te desesperes! Hay algunos pasos que puedes seguir para recuperarte de una mala racha y volver a la normalidad:

Respira hondo y trata de relajarte

Es importante no insistir en los errores ni en los pensamientos negativos. En su lugar, concéntrate en los aspectos positivos de tu día, sin importar cuán pequeños sean.

Tal vez tuviste un momento en que tu hijo te hizo reír, o pudiste manejar con éxito una situación difícil. Sea lo que sea, pensar en lo bueno te ayudará a mejorar tu estado de ánimo y te motivará a seguir adelante.

Haz un plan para el futuro

Si te sientes estresado por los próximos eventos o plazos, siéntate y elabora un plan de acción. Tener una estrategia te ayudará a aliviar parte de la presión que sientes y te dará una sensación de control sobre la situación.

Comunícate con tu sistema de soporte

Ya sea que se trate de tu pareja, amigos, familiares o incluso una comunidad en línea de padres, hablar sobre tu mal día puede ayudarte a quitarte un poco de peso de encima. Saber que otros están pasando por dificultades similares puede hacerte sentir un poco más tranquilo.

6. Busca ayuda profesional

Después de todo, solo somos humanos. Pero cuando te encuentras teniendo un mal día como padre más a menudo de lo que te gustaría, podría ser el momento de buscar ayuda profesional.

Si te sientes constantemente abrumado, ansioso o enojado como padre, no es saludable para ti ni para tu familia. Hablar con un terapeuta puede ayudarte a aprender cómo lidiar mejor con el estrés y controlar tus emociones. También pueden ofrecerte información sobre tu estilo de crianza que quizás no hayas considerado antes.

Buscar ayuda profesional no es nada de lo que debas avergonzarte. De hecho, es una de las cosas más valientes que puedes hacer por ti y tu familia. Entonces, si tienes problemas, no dudes en buscar ayuda.

Conclusión

Los malos días de crianza son inevitables. Sin embargo, hay maneras de recuperarte de ellos para que puedas volver a sentirte bien contigo mismo como padre.

Primero, tómate un tiempo para ti. Relájate y haz algo que disfrutes. Segundo, habla con alguien que entienda por lo que estás pasando. Puede ser un amigo, un familiar o un terapeuta.

Finalmente, trata de ver la situación desde la perspectiva de tu hijo. La empatía puede ser muy útil para ayudarte a comprender por qué tu hijo actuó de la manera en que lo hizo y cómo puede responder mejor la próxima vez.

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